El aumento de precio de los juegos y servicios tiene un culpable: los jugadores

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El precio de los juegos y servicios no ha hecho más que subir y subir en los últimos años. Desde el primer momento en que esta generación de jugadores comenzó, tuvimos que hacer frente a una subida de precios generalizada de los videojuegos, promovida por PlayStation. Hoy en día, llegamos a los ya aceptados 79,99 € como precio de venta oficial. Esto supone un incremento de 10 € con respecto a lo que se pagaba en la anterior generación de consolas.

Poco a poco, las diferentes compañías fueron sumándose a esta subida. Acabó extendiéndose incluso por Xbox, el cual aseguró en su día que no subiría el precio de sus juegos. Sin embargo, acabó tomando esta misma decisión a finales de 2022.

Lo mismo ha ido ocurriendo con los servicios de suscripción. Recientemente, ya hablé de cómo Xbox Game Pass se ha querido convertir en Netflix demasiado pronto al incrementar su tarifa mensual a 26,99 € en julio de 2024. El objetivo fue claro: subir los precios de un servicio que, a pesar de su coste actual, sigue siendo atractivo para los jugadores. Los servicios similares a los de Xbox, como el de PlayStation, también han sufrido subidas de precio durante estos años.

El comportamiento de compra de los jugadores entusiastas como factor determinante

Muchos echábamos la culpa de estos hechos a los hombres de trajeque tomaban las decisiones dentro de las empresas, cuyo único objetivo es el de conseguir dividendos superiores. Sin embargo, Matt Piscatellaun reconocido analista de videojuegos de la firma Circana, ha señalado a los “verdaderos” culpables: los jugadores entusiastas.

Para el analista, la responsabilidad de que los precios de los juegos y de los servicios relacionados se hayan visto incrementados en los últimos años recae únicamente en el comportamiento de los jugadores. Aunque en un primer momento pueda sonar chocante, lo cierto es que estas palabras tienen sentido una vez analizadas con calma.

Piscatella no pone el foco en ese jugador que compra uno o dos juegos al año, lo que supone un gran porcentaje de la base de usuarios de cualquier consola. El analista asegura que el peso recae en el tipo de jugar que siempre está pendiente de los últimos lanzamientos. Es decir, personas como tú y como yoposiblemente. Y su razón es inapelable: siempre terminamos comprando los juegos de todos modos.

Nintendo Switch 2 como ejemplo del fenómeno

Independientemente de que consideremos que el precio de un juego es demasiado elevado, vemos cómo los grandes AAA del mercado cosechan millones de ventas en sus primeros días de lanzamiento. El ejemplo perfecto lo tenemos en Nintendo Switch 2 y Mario Kart: World. Las redes sociales ardieron con el famoso “Drop the Price” en cada intervención pública de Nintendo. Sin embargo, eso no afectó ni mucho menos las ventas del gigante nipón.

De hecho, la compañía anunció que su última consola, la Nintendo Switch 2, había tenido el mejor número de ventas que se había visto nunca en la industria. Esto se produjo en mercados tan importantes como el americano, pero también en Europa y Asia.

Por tanto, el tiro de Piscatella no está, ni mucho menos, mal tirado. Al igual que en otras ocasiones similares, es probable que prácticas como las subidas de precio no continuaran produciéndose. Especialmente, porque ha quedado claro que muchas de estas responden al deseo de ganar una mayor cantidad de dinero.

La única manera de evitar que prácticas como los 89,99 euros de Mario Kart: World se convierta en el estándar es clara. Una parte significativa de jugadores debería acordar no aceptar cualquier precio establecido. Aunque eso suponga que nos perdamos el próximo lanzamiento que tanto tiempo llevamos esperando. Sin duda, es algo complicado, especialmente por un FOMO que cada vez crece más y más. Aunque eso es un tema que habrá que tratar otro día.